Las actividades comunitarias tienen como base principal la participación de segmentos poblacionales con necesidades e intereses comunes. Estas actividades pueden tener diversos objetivos como, por ejemplo: promover la salud, alertar sobre una problemática social específica, de recreación o educar sobre un tema particular.
Sin embargo, no es hacer actividades por hacerlas. Al contrario, deben tener un fin, un objetivo claro y no deberían «salir de la nada» sino ser parte de un plan más abarcador.
¿Qué hay que considerar cuando diseñamos actividades comunitarias?
En primer lugar, las actividades comunitarias deben organizarse en función del propósito al cual están destinadas. No obstante, hay ciertas consideraciones generales relacionadas al diseño y al proceso de planificación. Te comparto algunas según mi experiencia:
Participación comunitaria
La participación comunitaria es necesaria para identificar las necesidades y las situaciones que hay que atender con prioridad. Esto, a su vez, favorece la ejecución de los proyectos ya que se llevan a cabo actividades que son seleccionadas por la comunidad y no meramente por el equipo de trabajo que lo implementa o la organización que brinda el financiamiento. La solución de muchos de los problemas en la comunidad gira en función de la participación comunitaria. Por lo tanto, el número de personas que participan o el número de involucrados en las actividades comunitarias es una de las fortalezas de todo proyecto.
Sentido de pertenencia
Las actividades comunitarias sirven para fomentar el sentido de pertenencia y fortalecer los niveles de compromiso. Recuerda que el compromiso se puede “ver” de diversas maneras. Por ejemplo, no se puede decir que una persona que asiste a todas las reuniones tiene más compromiso que aquella que no asiste, pero pone a la disposición su imprenta para hacer los carteles que se van a colgar para promocionar las actividades.
Recursos y capacidades de la propia comunidad
Cuando se planifica una actividad comunitaria hay que aprovechar y capitalizar en los recursos y las capacidades de la misma comunidad. Cuando los residentes participan del proceso salen a relucir todos los talentos, creatividad, espontaneidad, visión, estrategias para llevar a cabo las tareas y las actividades. El proceso se hace más llevadero y, además, pueden participar niños, jóvenes y adultos. Una vez más, lo ideal es utilizar los recursos humanos y materiales provenientes de la comunidad.
Además, hay que tener en cuenta:
Público objetivo
¿Quién se va a beneficiar de la actividad comunitaria? Es decir, si la actividad va dirigida a un grupo de edad específico: niños, jóvenes, adultos o a la población en general. También puede ser que la actividad se haga para un grupo que comparte otras características además de la edad como, por ejemplo, comerciantes o personal escolar.
Tareas y personas responsables
Definitivamente, cada actividad comunitaria va a generar cierta cantidad de tareas. Pueden ser tareas sencillas o de gran envergadura. Sin importar el alcance de la actividad, es crucial que se puedan identificar personas responsables de ejecutar cada tarea. Si son varias actividades para cumplir un mismo objetivo, hay que ir documentando ya que con la suma de actividades ejecutadas se va trabajando la necesidad sentida por la comunidad. Nuevamente, el número de actividades está en función de las que se requiera llevar a cabo para el logro de los objetivos específicos planteados. Así es que estos objetivos deben estar claramente definidos desde el inicio para lograr los resultados esperados. Al igual que la frecuencia con que se llevarán a cabo.
Competencia cultural
Para que se produzca la participación es preciso que exista la motivación de querer participar. Y esta motivación puede darse si realmente conocemos la cultura de la comunidad. Es importante que nos adentremos en la historia, en las costumbres, que escuchemos lo que las personas tienen que decir. No se puede pretender que un proyecto que se implementa en Puerto Rico se implemente de la misma manera y con los mismos resultados que en Colombia, por ejemplo.
Cuando se hacen actividades comunitarias también es importante:
Convocatoria
Para llevar a cabo la actividad comunitaria, se puede hacer una convocatoria general donde se analicen los problemas o necesidades prioritarios y quienes estarán involucrados. Esto incluye la toma de decisiones, así como definir los beneficiarios directos e indirectos de la actividad. No obstante, la convocatoria también puede hacerse en una asamblea, puede hacerse de casa en casa, con folletos, a través de las redes sociales u otra forma creativa.
Asignación de responsabilidades
Como ya te he dicho, cada objetivo específico del proyecto puede implicar una o más actividades. Esto requiere que todas las personas involucradas entiendan la importancia del trabajo en equipo o en forma conjunta. Por eso, entre más detallada sea la logística de la actividad, más se facilita la elaboración del presupuesto que se va a necesitar. De la misma manera, la lógica nos dice que toda actividad debe estar vinculada al plan de acción que se quiere implementar.
Establecer alianzas con organizaciones, grupos, asociaciones…
Aquí es donde se identifican otras personas clave o stakeholders. Lo que queremos es contar con la colaboración de aquéllas personas que pueden aportar valor a los procesos, a las actividades comunitarias y, por tanto, al logro de los objetivos.
Sustentabilidad
El proyecto debe ser sustentable a largo plazo. Es decir, hay que crear las bases para que las actividades comunitarias sean del agrado pero que también solucionen o abonen a la solución de una necesidad. Por ejemplo, si vamos a recuperar un espacio público, lo conveniente sería establecer las bases para mantenerlo en buen estado durante un largo tiempo, e incluso tomando en cuenta que nada de lo que hagamos puede ir en perjuicio del medio ambiente.
En conclusión,
Las actividades comunitarias se diseñan en base a los objetivos del proyecto o la solución de las necesidades específicas sentidas por la comunidad. No obstante, es conveniente tomar en cuenta elementos esenciales para que el proyecto fomente aparte de soluciones, valores como el trabajo en equipo y el compromiso comunitario. Para ello es importante involucrar dentro y fuera de la comunidad personas clave que puedan aportar valor al proyecto y las actividades mediante alianzas estratégicas. Todos estos aspectos contribuyen al fortalecimiento de la comunidad.