Ser intencional en el liderazgo no es tarea sencilla. Pero como dice John Maxwell todo comienza con una elección. En lo particular me identifico perfectamente ya que, en su momento, pagaba un alto precio por no saber cómo pasar de la intención a la acción. Es decir, sobre analizaba las cosas e insistía en que “todavía no estaba lista” porque no tenía toda la información que necesitaba o por que no era el «momento perfecto». Ciertamente, no me daba cuenta o no quería darme cuenta de mi potencial como líder.
¿Te identificas?
Cuando comienzas a darte cuenta de que esto no te trae los resultados que quieres es porque ha llegado el momento de soltar el control y, sobretodo, el miedo que hay detrás de todas estas excusas. Es tiempo de salir de la zona de confort y no ser indiferente ante tu liderazgo ni ante el legado que puedes transmitir.
¿Cómo se tiene intención desde un enfoque de liderazgo transformacional?
Realmente no hay una receta. El liderazgo es un camino individual y cada uno de nosotros va forjando ese camino a través de diferentes experiencias de vida y, por consiguiente, de diversos aprendizajes.
"Tienes que esperar cosas de ti antes de que puedas hacerlas". Michael Jordan
Estrategias que funcionan:
1. Conectar con tu propósito
Esta es la base de todo, ¿cuál es tu por qué?
Una vez que contestes esta pregunta, las respuestas llegarán, casi siempre, sin buscarlas. Bien dicen por ahí “si tienes el qué, la vida te da el cómo”. Cuando comprendí que mis acciones tenían que tener intención y estar en conexión con mi propósito, comencé a identificar todas las “señales” que me llegaban. Por ejemplo, cuando iba a talleres, sentía que el mensaje era directamente para mí; conversando con otras personas que no conocía me decían frases como si supieran que necesitaba escucharlas.
En fin, cuando realmente presté atención, muchas cosas se develaron y esto tuvo como consecuencia fortalecer el autoliderazgo. Bien dice el refrán “la lección llega cuando el estudiante está preparado”. Definitivamente, puedo dar fe de eso.
2. Tener cero creencias limitantes
Hay que generar acción con intención.
La vida es muy corta para lamentarnos por no haber hecho las cosas que queremos. El 50% del camino depende de que creas y sientas que eres capaz. Por eso, las palabras que te dices importan. Así como los libros que lees y las personas con las que te relacionas.
En la medida en que fortaleces tu potencial (lo que eres capaz de hacer y de lograr), en la medida en que te relacionas con personas que creen en ti y en la medida en que nutras tu vida y tomes acción los resultados llegarán. Rodearte de personas en tu círculo interno que creen en lo que tú crees, que te inspiren, que tengan intención su liderazgo y que te reten es indispensable.
3. Trabajar por el el resultado
En mi experiencia, una vez sé hacia donde quiero ir, las acciones se me hacen más fáciles de definir. Bien dicen que «si no sabes a dónde vas, cualquier camino te lleva». Y me identifico totalmente con esto por que lo he vivido…y muchas veces!!
Una vez que tengo clara mi intención, las acciones y cuál quiero que sea el resultado, es cuestión poner manos a la obra y considerar los retos, pero sin detenerme demasiado en ellos. Y no es que no los tome en cuenta, al contrario, me hago consiente de ellos. Pero no les doy demasiado poder porque si lo hago, llega la duda, y si dudo de mi potencial las probabilidades de alcanzar las metas se reducen. Y yo no quiero eso. Y estoy segura que tú tampoco. Así que sal a la búsqueda de esos resultados sin miedo y trabaja por ellos.
4. Dar el primer paso
El primer paso siempre es el más difícil. Sin embargo, una vez lo das todo lo demás “cae en su sitio” y las opciones y oportunidades empiezan a tocar la puerta. Todo llega cuando menos te lo imaginas, cuando menos te lo esperas.
Por eso, es importante que estés preparado ya que las oportunidades, así mismo como llegan, se van. Tienes que tener intención y estar súper pendiente para tomar acción cuando sea necesario. Y si tienes miedo, no importa. Muchos logros en mi vida han tenido el miedo como su mejor aliado.
5. Establecer un plan de acción
Hay que establecer objetivos y fechas realistas. Luego, analizar con cuáles recursos cuentas y cuáles necesitas. Es importante también tener claro cómo vas a medir los resultados ya que esto te ayudará a descartar aquello que no funciona y a fortalecer lo que sí. Para mí es bien parecido a trabajar con una coalición comunitaria.
Recuerda, además, que el plan no está hecho en piedra, al contrario, puedes editarlo cuantas veces quieras. Sin embargo, te recomiendo que no te des el lujo de desenfocarte. Encuentra aquello por lo que vibras, por lo que vives y toma acción.
En conclusión, todo lo que acabas de leer no es una receta. Más bien, son estrategias que comparto porque con ellas encontré una manera de pasar de la intención a la acción en mi liderazgo. Pero debes verlo como un proceso y como todo proceso toma tiempo y requiere disciplina.
Y tú… ¿qué estás esperando para tomar acción? O si ya tomaste acción, me encantaría saber ¿cuáles son las claves que te han permitido pasar de la intención a la acción en tu liderazgo?
¡Apúntalo en los comentarios!
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