Otro gran reto al que típicamente no le prestamos la atención que amerita o no trabajamos a tiempo es el pase de batón o la transición de liderazgo. Ya sea que lleves a cabo proyectos comunitarios, trabajes en una empresa o seas voluntario en un grupo, la transición de liderazgo es un factor crucial y complejo.
¿Por qué? Porque puede incidir en el fortalecimiento o debilitamiento de lo que ha venido construyéndose a través del tiempo. Una transición es una etapa intermedia; es como decir una metamorfosis. Y como todo proceso, implica evolución, transformación y movimiento.
Lo chévere es que el liderazgo multiplicador nos ayuda a hacer que esa transición sea menos caótica y más efectiva. Más adelante te lo explico.
¿A que se refiere la transición de liderazgo?
Líder es una persona que traza la ruta, que indica el camino. La transición de liderazgo es el reemplazo o la sucesión de responsabilidades de la persona que ha estado liderando una entidad, comunidad o grupo.
A nivel comunitario, la mayoría de las veces pasa que se identifica una persona que es, usualmente, el primer referente. Es la que carga, casi siempre, la responsabilidad por el bienestar y mejoramiento de la comunidad. Idealmente, esta persona cuenta con ciertas características inherentes o aprendidas como, por ejemplo: la capacidad para relacionarse, apoyar y entender a los demás, tomar decisiones de manera acertada y asertiva y gestionar las crisis de forma adecuada.
Las destrezas para un liderazgo efectivo pueden aprenderse. En el mejor de los casos, un líder puede lograr que otras personas actúen espontáneamente, sin ejercer la coerción y el poder. El líder seduce con su capacidad de escucha, su sensibilidad, empatía y carisma y con su forma de convencer y persuadir.
Una condición importante en el liderazgo es, por ejemplo, cuando se trabaja con un grupo de personas y se influencia positivamente en las actitudes y los comportamientos de éstas, para atraer seguidores e incentivar el trabajo en equipo por un objetivo o propósitos comunes. Todo esto también tiene que ver con la transición de liderazgo.
Tipos de liderazgo
Existen diferentes tipos de liderazgo y éstos dependen, en cierta manera, del contexto e influencia del líder. Entre los tipos de liderazgos más conocidos y populares, están: democrático, permisivo y autocrático.
Democrático: Este tipo de líder huye de las actitudes autoritarias y promueve la comunicación y participación. Cree en la relevancia de implicar a los demás integrantes en los procesos.
Permisivo: Este tipo de líder toma decisiones con celeridad y sus emociones y sentimientos, muchas veces, influyen en éstas.
Autocrático: Este tipo de líder se comunica de manera enfática y es impulsivo a la hora de decirle a las personas lo que piensa o siente. Cuando las otras personas hablan, le cuesta escuchar con atención. Puede ser impaciente con las personas que no van a su ritmo.
Ahora bien, existe un tipo de liderazgo que no se centra en la figura del líder perse, sino en los que le rodean. Y ése es el liderazgo multiplicador.
El liderazgo multiplicador y la transición de liderazgo
El líder multiplicador es aquella persona que utiliza sus habilidades y destrezas para desarrollar las capacidades y competencias de las personas que están a su alrededor. Este líder reconoce que estamos rodeados de personas que quieren desarrollar su potencial y también comprende que el éxito no es individual cuando se trabaja en colectivo; al contrario, entiende que en colectivo se maximizan y se potencian las oportunidades.
Por eso, la mejor manera de llevar a cabo una transición de liderazgo es a través de un proceso de preparación de las posibles personas que asumirían el rol. La duración del proceso de transición va a depender, entre otras cosas, del tamaño de la organización y de la experiencia que se tenga llevando a cabo este tipo de procesos.
No obstante, lo ideal es que la transición de liderazgo se tenga como una mejor práctica ya sea en la organización o en la comunidad. Es decir, que no se espere a que el líder decida retirarse o renunciar para entonces decidir qué vamos a hacer para que «no se hunda el barco». Muchas veces pasa que todo recae sobre una sola persona y cuando esa persona ya no está empiezan a faltarle piezas al rompecabezas.
¿Y como puede hacerse esto desde la visión del líder multiplicador?
Enseñar con el ejemplo es crucial en la trancisión de liderazgo. Por eso, aquí te dejo algunas características esenciales para poder hacer una transición existosa.
El líder multiplicador es una persona agradable, alegre, con carisma y cierto encanto personal. No resiente la crítica y sus acciones sirven de ejemplo e inspiración para el colectivo y para la comunidad en general.
Estimula a las personas de su colectivo para que expresen sus ideas y sentimientos, para que haya mayor creatividad y compromiso. Piensa que las personas del equipo son capaces de alcanzar resultados, incluso si no está presente.
Es respetuoso de la oposición. Tiene destrezas para negociar y unir fuerzas sin sacrificar los propósitos y el bienestar de la comunidad, generando así, ambientes seguros y menos conflictivos.
Establece en conjunto los objetivos para lograr impacto colectivo. Está abierto al debate, reconoce el valor de las múltiples perspectivas y espera que en conjunto se logren encontrar las mejores respuestas. De esta manera, fomenta en otros el desarrollo personal de sus capacidades y el autoliderazgo. Esto es clave en la transición de liderazgo.
Cree en la rotación de roles. Por eso, distribuye responsabilidades y permite y apoya que otras personas se preparen y fortalezcan su propio estilo de liderazgo.
Confía responsabilidades, dándoles a las otras personas la oportunidad de demostrar su capacidad de ejercerlas. Esto fomenta el desarrollo y mejor uso de las destrezas, logrando que las personas se comprometan con los asuntos colectivos. Además, sabe identificar y capitalizar en las fortalezas de los demás.
Además, el liderazgo multiplicador:
Busca la participación de las personas que se auto denominan tímidas o “apartadas”. Reconoce el valor en incorporar nuevos integrantes y compromete al mayor número de personas posible en diferentes tareas, distribuyendo esfuerzo y generando así más compromiso.
Antepone el beneficio de la comunidad y del colectivo por encima del interés propio. Estimula el desarrollo de la comunidad y se ocupa de mantener la eficiencia del colectivo y la finalización de las tareas que están en ejecución.
Busca que la participación en las actividades colectivas sea entusiasta y dinámica.
Comunica y comparte información a los demás integrantes. Procura que las iniciativas, así como los éxitos y lecciones aprendidas sean conocidas y compartidas por todos.
Disfruta y celebra las pequeñas y grandes victorias con el equipo.
Sabe que “siempre lo están observando”. Y más, cuando se habla de transición de liderazgo.
Enseñar con el ejemplo es una acción que hay que tenerla presente siempre. Por eso, la transición de liderazgo utilizando la visión del líder multiplicador, define un camino seguro para garantizar más espacios participativos, dar respuestas a las necesidades de la gente y fortalecer las acciones colectivas.
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